Tus ojos son la ira de dios, con una inconsciente rabia una hermosa fuerza de creaciones en un cielo anaranjado oscuro como el vino que compartí contigo un día domingo y como los atardeceres que te contaba.
Me mirabas fijamente, querias golpearme, querias matarme
pero tu ira irradiaba amor, cariño, algo que nunca te dieron
Eras un ángel que gritaba en lo más lejano de tu corazón
Un abismo lleno de curvas sin fin, una piel áspera sin sentido
pero con mucha delicadeza intenté acariciar tu mirada
que miraba el cemento gris de estos días de invierno.
Te invité a caminar al horizonte , a perseguir al sol, a esperar la lluvia y a hacer el amor en los sueños de nuestras vidas.
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